La vida en la tierra se sostiene debido a que en los cuerpos vivos se suceden una serie de reacciones químicas que necesitan una alimentación y pueden ser afectadas por diversos factores: el calor, los sonidos, los colores, los sabores. Cada cuerpo es distinto y el mismo estímulo puede provocar distintas respuestas. De ahí que a unas personas les guste más lo dulce que lo salado, que otras, el frío y el calor afectan de modo distinto y mientras en Semana Santa nosotros llevamos chaqueta, las personas de los países nórdicos vienen en manga corta.
El color, estímulo visual, también provoca reacciones, debido a que el estímulo entra por unas células llamadas conos y bastones que actúan como sensores según la cantidad de luz y de color que reciben. Envían unas órdenes al cerebro y éste responde según la cantidad de información recibida.
De ahí que a unas personas les gusten más y les impacten los colores oscuros y no soporten los claros porque les parecen chillones mientras que a otras los colores claros les encantan y estimulan y temen a los colores oscuros. Si además añadimos calor, una sensación recibida por los receptores, miles, que tenemos en la piel y que envían también la información al cerebro.
Amigos, la magia existe en esos procesos físicos y químicos que aún están por investigar y que se prefieren negar antes que, sencillamente, reconocer ese desconocimiento. Poco a poco iremos dando noticias sobre ello.
(c) Medrek S.L.
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